¿Trabaja en un entorno que plantea un riesgo significativo de exposición a peligros químicos y biológicos? Industrias que ponen a los trabajadores en situaciones en las que pueden estar expuestos a salpicaduras químicas, isocianato pintura, patógenos sanguíneos y otros, deben evaluar primero las condiciones de uso a la hora de seleccionar la ropa de protección química adecuada.
Con demasiada frecuencia, a la hora de seleccionar las prendas de protección, se toman decisiones basadas en el precio y en factores estéticos. Tomar decisiones basadas en estos factores puede poner a los trabajadores en una situación de mayor riesgo. Otra práctica de selección insegura incluye tomar decisiones de compra basadas en la marca o la tela que siempre se ha utilizado y no dedicar tiempo a comprender importantes investigaciones y resultados de pruebas, para determinar si el producto es realmente la mejor opción para el uso que se le dará.
Aunque es importante tener cuidado con los datos que se malinterpretan o se aplican incorrectamente, los compradores deben ser conscientes de que en el mercado se puede encontrar una cantidad considerable de datos y recursos químicos disponibles. A continuación, se indican algunas características de las prendas que se deben tener en cuenta como algo muy importante a la hora de tomar una decisión informada y adecuada sobre la compra de trajes de protección química.
1. Resistencia y durabilidad
Muchas prendas de protección se ponen a prueba en lo que respecta a resistencia y durabilidad en muchas funciones laborales. Estas, no solo entran en contacto con materiales peligrosos, sino también con superficies abrasivas, maquinaria y exigentes movimientos de los trabajadores. La calidad de fabricación de una prenda es tan crítica como la calidad del material. Antes de elegir una prenda, se debe evaluar la confección de las costuras, los tirones y la resistencia, así como el tallaje y la garantía de calidad del fabricante.
2. Permeación, degradación y resistencia a la penetración de líquidos
La permeación es el proceso por el cual una sustancia química se disuelve o se desplaza a través de una prenda protectora. La degradación es la pérdida o el cambio de la resistencia química o las propiedades físicas de la tela debido a la exposición a sustancias químicas, el uso o las condiciones ambientales (por ejemplo, la luz solar). La penetración es el movimiento de sustancias químicas a través de cremalleras, costuras o imperfecciones del material de la prenda de protección.
Todas las sustancias químicas acaban permeando la ropa de protección, si las condiciones lo permiten. La resistencia a la permeación está relacionada con la concentración y la temperatura de la sustancia química, la temperatura ambiente y el grosor del material de barrera. Las temperaturas más altas pueden acelerar la penetración y, por su lado, las temperaturas más bajas pueden prolongar la penetración de determinadas combinaciones de sustancias químicas y materiales.
La selección de las prendas de protección química debe depender del tipo y el estado físico de los contaminantes. Se deben evaluar los resultados de las pruebas de materiales y analizar el rendimiento antes de seleccionar la mejor prenda de protección química para su entorno de trabajo exclusivo.
3. Flexibilidad y destreza
Las prendas de protección deben estar fabricadas con materiales lo suficientemente flexibles para que el usuario pueda moverse y trabajar de la forma más segura posible. Una prenda rígida o que cause problemas de destreza, puede contribuir a accidentes como resbalones, tropiezos y caídas.
Los guantes son un elemento adicional a tener en cuenta: cuando el material es demasiado rígido, el usuario puede tener problemas de agarre que podrían provocar riesgos innecesarios.
4. Ventilación y comodidad
Un buen ajuste garantiza que la prenda de protección brinda al usuario tanto comodidad como una protección adecuada. Las prendas mal ajustadas corren un mayor riesgo de rasgarse y restringen los movimientos, lo que puede afectar la capacidad del usuario para realizar su trabajo con seguridad y eficacia.
Al igual que ocurre con la permeabilidad al aire, existen muchos conceptos erróneos relacionados con la transpirabilidad de las prendas. La transpirabilidad de una prenda se mide por su permeabilidad al aire. La permeabilidad al aire se mide por la tasa de flujo de aire en pies cúbicos, por pie cuadrado de área de muestra por minuto (CFM). Teniendo en cuenta que un CFM de cero no es transpirable, la diferencia en las mediciones de transpirabilidad de muchas prendas de protección contra materiales químicos y biológicos suele ser tan pequeña, que resulta insignificante.
5. Protección contra patógenos sanguíneos
Si usted, o los empleados de los que es responsable corren el riesgo de entrar en contacto con sangre y agentes biológicos, necesita estar seguro de que las prendas de protección que llevan pueden hacer frente a los patógenos sanguíneos (BBPs). Estos son microorganismos infecciosos presentes en la sangre y que pueden causar enfermedades en los seres humanos.
A diferencia de lo que ocurre en Estados Unidos, en Europa las pruebas de rendimiento están estandarizadas y los resultados deben hacerse públicos. En virtud de la norma EN 14126, que regula las prestaciones de los trajes de protección frente a agentes infecciosos, podemos comparar telas de forma objetiva, lo que nos permite conocer su rendimiento y compararlos entre sí.
estos son solo algunos de los factores que se deben tener en cuenta a la hora de seleccionar el mejor CPC para la protección contra riesgos químicos y biológicos. Es fundamental que los usuarios tengan en cuenta estos cinco aspectos, además de los datos comparativos de rendimiento disponibles.
¿A qué retos se ha enfrentado a la hora de seleccionar la mejor ropa de protección química y desechable para su entorno de trabajo?
