Existen muchos conceptos erróneos relacionados con la transpirabilidad de la ropa de protección química. Si bien es imprescindible comparar la comodidad y la calidad de las prendas que protegen contra materiales peligrosos y agentes patógenos transmitidos por la sangre, también es importante comprender lo bien que respira una prenda en función de su permeabilidad al aire.
La permeabilidad al aire se mide por la tasa de flujo de aire en pies cúbicos, por pie cuadrado de área de muestra por minuto (CFM). Cuanto mayor sea el CFM, más transpirable será la prenda. Aunque "transpirable" implica una mayor comodidad, la descripción también implica que la prenda es más susceptible a la permeabilidad, una característica crítica para los usuarios de prendas de protección química.
Teniendo en cuenta que un CFM de cero no tiene transpirabilidad, la diferencia en muchos artículos de ropa de protección química y biológica es engañosa. Por ejemplo, Lakeland's MicroMax NS vs. Marca "T". Este vídeo demuestra que la diferencia en "transpirabilidad" es la diferencia de llevar una capa de 60 camisetas frente a 61 camisetas.
Los conceptos erróneos de "transpirabilidad" en la ropa de protección química sacan a la luz la importancia de la calidad y la comodidad de las prendas. Las prendas de protección deben estar fabricadas con materiales lo suficientemente flexibles para que el usuario pueda moverse y trabajar de la forma más segura posible. Una prenda inflexible o que cause problemas de destreza puede contribuir a accidentes como resbalones, tropiezos y caídas.
Un buen ajuste garantiza que la prenda de protección proporcione al usuario tanto comodidad como una protección adecuada. Las prendas mal ajustadas corren un mayor riesgo de desgarrarse y restringen los movimientos, lo que en última instancia puede afectar a la capacidad del usuario para realizar su trabajo con seguridad y eficacia.
Además, educar a los trabajadores sobre el estrés térmico es una consideración especialmente importante en los meses de verano y en las zonas de clima cálido. Advierta contra cualquier alteración de las prendas de protección (desabrochar cremalleras, remangar mangas o dobladillos, hacer agujeros), ya que las modificaciones del tejido presentan riesgos añadidos. Si los trabajadores están expuestos a estrés térmico, es imperativo que se apliquen políticas y procedimientos cada día para evitar problemas de salud a largo y corto plazo.
