Los usos que implican altos niveles de calor radiante pueden requerir prendas especializadas con telas aluminizadas para reflejar la energía térmica. La selección puede hacerse en función de las necesidades de uso, como el nivel de energía calorífica, la duración de la exposición, la necesidad de una barrera contra la humedad, etc. Sin embargo, hay varias consideraciones clave a tener en cuenta:
Hay pruebas individuales para el calor convectivo, radiante y de contacto, y otras dos pruebas para las salpicaduras de metal fundido (hierro y aluminio).
Cada una de las tres pruebas de resistencia al calor coloca la tela entre una fuente de calor y un calorímetro, registrando el tiempo que transcurre hasta que se alcanza un aumento específico de la temperatura. Cuanto más tiempo se tarda en registrar el aumento de temperatura, mayor es la resistencia de la tela a la transferencia de energía, lo que ofrece un mayor nivel de protección. Los resultados se clasifican como Clase 1, 2 o 3 (3 la más alta) según los tiempos indicados en la norma. Sin embargo, la prueba de calor radiante (método B de la norma ISO 6942) indica las cuatro clasificaciones que se describen A continuación.
En la introducción de la norma se explica que las Clases 1, 2 y 3 se pueden referenciar generalmente como niveles de protección para usos de riesgo bajo, medio y alto, pero el cuarto nivel de desempeño se utiliza para calor radiante. La clase 4, que registra un tiempo de más de 95 segundos, está diseñada específicamente para usos de calor radiante elevado y pruebas de prendas aluminizadas. El PPE aluminizado debe alcanzar la Clase 4 (un resultado de más de 95 segundos).
La ropa para protegerse contra altos niveles de calor radiante se basa en el hecho de que puede reflejarse en una superficie brillante, lo que significa que el EPP para altas temperaturas se fabrican habitualmente con materiales reflectantes. El oro, que tiene una reflectividad muy alta, sería una opción ideal y, a menudo, se usa una capa delgada en las viseras. Sin embargo, el oro es demasiado pesado y demasiado costoso. El aluminio es liviano, flexible y relativamente económico, lo que lo convierte en una opción confiable y rentable.
Las prendas aluminizadas pueden proporcionar un reflejo suficiente de la energía térmica para proteger a los trabajadores de los peligros de las altas temperaturas. En función del uso previsto, la tela aluminizada puede presentar una o varias capas.
No todas las prendas aluminizadas cuentan con una superficie 100 % de aluminio. En algunos casos, para reducir costos, los fabricantes usan una tela que es una mezcla de aluminio con un polímero. Esto reduce el precio, pero también reduce la reflectividad y puede dar lugar a un menor rendimiento. Por esta razón, especialmente con ropa de protección contra altas temperaturas más barata, es importante preguntar si la superficie es 100% de aluminio. También debe preguntar cómo se comporta la tela en una prueba de resistencia al calor radiante.
La ropa aluminizada suele venir en una configuración de abrigo y pantalón, con botas, guantes y capucha con visera por separado. Sin embargo, hay consideraciones importantes para los usuarios:
Por lo tanto, la selección y el uso de las prendas sólo deben llevarse a cabo tras una evaluación de riesgos, teniendo en cuenta todos los factores pertinentes, por parte de personal de seguridad cualificado.